Pasan los años y la Gestión de Proyectos toma cada vez más valor en la economía. Poco a poco las experiencias aterradoras de continuos errores en las organizaciones y Estados por la incorrecta ejecución de proyectos, ha llevado a incrementar el VALOR de la gestión que debe estar basada en el enfoque del "Project Economy", que bien ubicado lo tiene el PMI.
Diríamos que la frase "tropezarse no es malo, pero encariñarse con la piedra, sí que lo es", podría activar nuestro pensar que es inconcebible que las organizaciones y Estados se encariñen con la ineficiencia, con la improvisación, con los intentos aventureros de querer crecer sin una estrategia bien fundamentada en lograr su visión, desarrollar su misión y concretar sus objetivos, pero una y otra vez fallan. Será entonces que hace falta dirigirse al ingrediente de trabajar en base al "Project Economy".
Pero cuál es la "receta" para que puedan lograr la ansiada excelencia. No existe. ¿Es un arte?, ¿es el arte de la Gestión de Proyectos?
La formación profesional en el enfoque global de Gestión de Proyectos de cada una de los miembros de la organización es fundamental, pero no lo único. Muchas herramientas pueden acompañarnos en este proceso y una de las de mayor valor y que no puede faltar son las "Soft Skills".
Así es, no es cuestión solo de tener la teoría, de basarse en experiencias de otras organizaciones, o bien de la nuestra, de tratar de copiar los logros y estrategias que han implementado empresas de renombre y pioneras en sus ámbitos. Resulta relevante observar que el logro de quienes llegaron a esa "ansiada excelencia", se acompañaba del conocimiento teórico, pero aún más del arte de cómo aplicarlo.
La generación de VALOR en lo que hacemos, el identificar el beneficio por lo que vamos a trabajar, visualizar esa excelencia, es de pocos, pero que requiere del apoyo de muchos que deben estar bajo la misma frecuencia.
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